Gigola

Sáb 01 Oct 2011
por Luis Antonio de Villena

"Gigolá, la mujer otra, por Luis Antonio de Villena en EL MUNDO


Gigola

Aunque la palabra procede de Huysmans, se puso de moda en el París (y luego en la Europa) de los años 20, cuando la mujer se moderniza, se libera y según algunos se “masculiniza”. Frente a las cabelleras decimonónicas se corta el pelo ” a lo garçonne” (en femenino). En español por la dificultad de ese femenino francés se terminó diciendo (y aún se dice) “a lo garçon”, esto es, “a lo chico”. Pero la cosa es más sutil porque “garçonne” en francés es chico en femenino. “¿A lo chicazo?” Suena duro. Ir de “garçonne” (como la novelista inglesa Radclyffe Hall o como Marlene Dietrich a menudo) significaba ir de hombre elegante, a lo dandi, mezclando esa nueva feminidad con un especial aire lésbico, muy “chic” y nada “bollo”. Levitas, chaquetas de terciopelo, corbata o lazo, boquilla y monóculo. Rasgos de caballero distinguido pero en mujer elegantemente rebelde, “la garçonne”. (Por ello un especializado club parisino de este estilo se llamó, muchos años, “Le Monocle”. El monóculo).


La novelista (y ahora directora de cine) Laure Charpentier publicó su primera novela Gigolá -el inventado femenino de gigoló- en 1972, cuando tenía 20 años, pero la censura la prohibió. (Y eso que era el mismo año que El último tango en París). Pero Gigolá que sólo se publicó de verdad en 2002 y que acaba de traducir Cabaret Voltaire de Barcelona, era una novela lésbica y atrevida, que sucede en el París de los 60, cuando todavía existía Le Monocle y aún se exhibían estas mujeres elegantes y duras o refinadas que fueron las “garçonnes”. Gigolá es una de ellas que vive los bajos fondos de la prostitución femenina de Pigalle y el mundo lujoso y sofisticado de alguna dama multimillonaria que la deja como heredera. Lejos del ámbito lésbico actual, pero llena de provocación y fuerza, Gigolá es un estupenda primera novela que se lee de un trago. Es la historia de una joven “garçonne” en la que Laure Charpentier juega al autorretrato tanto como a la autoficción, porque es una novela, aunque nos hable muy cerca y en un estilo elegante y próximo.


En 2010 la propia Charpentier llevó al cine su novela protagonizada por una atractiva Lou Doillon (hija de Jane Birkin) y por los actores españoles Marisa Paredes -la millonaria-, Rossy de Palma y Eduardo Noriega, que es el chulo amigo de la “garçonne”… Antes de estrenarse en Francia el pasado enero, la película se estrenó con éxito y premio en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.  Seguro que tanto como la novela -sencilla pero espléndida- llamará la atención la película. Porque los “mundos raros” -como el título de la ranchera- siempre tienen que ver con nosotros por cuanto que atañen a la real y tangible libertad. Una cita de la pintora Tamara de Lempicka  (que retrató a alguna “garçonne”) viene como anillo al dedo. Hablaba de sí misma, ya mayor: “Vivo al margen de la sociedad, y las reglas de la sociedad normal no tienen legitimidad entre los marginales”. Y De Lempicka era una mujer rica.


Vemos a la “garçonne” en su auto lujoso, melancólica y bella, camino del alcohol, de la noche, de tantos amores perdidos o frustrados, camino de la otredad siempre, con belleza, con pieles, con pantalones, con charol, con bastón… Femenina distinta. Mujer nueva y otra. Una recomendable novela.