José Luis Serrano nos adelanta 'Lo peor de todo es la luz'

Jue 22 Oct 2015
por Ramón Martínez para Cáscara Amarga

Hoy llega a las librerías la nueva novela del autor antes conocido como “elputojacktwist” en que narra la historia de un amor entre dos hombres... que son heterosexuales.


José Luis Serrano nos adelanta 'Lo peor de todo es la luz'

Con una puntualidad británica, José Luis ya esperaba en la boca del metro de Lavapiés cuando llegué a su encuentro. Su sonrisa tranquila saludó al verme aparecer y quiso aceptar sentarnos en una terraza del barrio, en uno de los locales gais que empiezan a aflorar por la zona. Impaciente por saber más de la novela, cuya contraportada tuve el placer de escribir, empezamos una conversación que aquí comparto.


Ramón Martínez: En muy poco tiempo pasaste del anonimato a ser un bloguero de referencia, y a partir de ahí te has convertido en uno de los autores de novela gay de referencia en español. ¿Cómo se sobrevive a todo esto?


José Luis Serrano: Yo creo que como esto a mí me ha pillado mayor lo he llevado bien. Siempre he pensado en escribir pero mis amigos decían que escribiera cuando tuviera algo que contar. Llevo escribiendo toda la vida, pero hasta 2011, que fue cuando apareció Hermano, no me había atrevido a publicar nada. Y han sido tres novelas en cuatro años... Yo me lo tomo con sentido del humor, no hay que darle importancia en la vida a nada, en general.


RM: ¿No te abruma tener que enfrentarte al público, primero con el blog y ahora con ya una tercera novela?


JLS: Lo que más me llama la atención es la responsabilidad: alguien que escribe debe pensar que sus novelas van a afectar a la vida de la gente. Me pasaba con los blogs, y gente me escribía para decirme que me habían leído y habían decidido cambiar cosas en su vida. Al principio me asusté y cerré el primer blog, quería tomármelo con más calma. Ahora prefiero pensar en escribir literatura, sin pensar en las consecuencias... y que sea lo que Dios quiera.


RM: En Lo peor de todo es la luz mantienes el estilo de Hermano y Sebastián en la laguna, pero has hecho algo muy innovador con la estructura narrativa. ¿Cómo has llegado a esto, por qué el cambio?


JLS: A mí lo que más me preocupa cuando escribo una novela es saber si tiene sentido escribir una novela. No me interesa contar algo como siempre, sino la historia que tengo que contar. Desde El Quijote ya no tiene sentido seguir la misma línea, aunque la gente lo siga haciendo igual. Yo prefiero, si tengo que dar un paso más, atreverme a darlo. Lo peor de todo es la luz es una novela que pudo haber sido y no fue y otra novela donde yo mismo destapo cómo la he escrito: lo que quería era destripar la historia... El mundo es muy complejo y quería contarlo sin linealidad, no aclarando las cosas porque nunca están claras.


RM: En tus tres novelas se habla de amor entre hombres pero en ninguna se llega a consumar este amor, ¿por qué siempre dejar la miel en los labios?


JLS: Yo tengo una idea del amor... ésa típica del amor romántico que nadie cree, que es una construcción social, pero que me resulta muy útil y muy bonita para escribir. Cuando en una novela, o una película, ese amor no se consuma me suele dejar una sensación que dura días o semanas, y esa sensación me gusta. Así cuando la película acaba yo me mantengo, y es lo que intento hacer cuando escribo. Si terminas la obra bien, sabes que los personajes acabarán muriendo, y así siempre se mantienen, para bien o para mal.


RM: Pero esta vez... ¿Por qué contar que dos hombres heterosexuales pueden enamorarse?


"Si sólo entiendes el amor unido al sexo estás olvidando muchas formas de amor"


JLS: Ésa es la clave de la novela... pero ni siquiera yo he sabido responderla, y ni siquiera sé si quiero responderla. Las etiquetas, hetero o gay, que no dejan de ser construcciones, han sido muy útiles para conseguir derechos... pero yo, por ejemplo, no soporto a Barbra Streissand. Cuando era pequeño decía “yo no debo ser gay, porque no la aguanto”. Y Koldo y Edorta no quieren tener sexo, no son gais según esa etiqueta prefabricada, pero están enamorados... No sé si quiero explicar más. Faltaba contar este amor que también existe, esos amores que son fuerzas brutales. Yo quería desligar el amor del sexo, reivindicar ese tipo de amor que te saca del mundo. Si sólo entiendes el amor unido al sexo estás olvidando muchas formas de amor que no podemos olvidar. Ligar el amor entre dos hombres con la homosexualidad a través del sexo me resulta reduccionista.


Lo peor de todo es la luzRM: “Lo peor de todo es la luz” tiene un eco de tu película fetiche, “Brokeback Mountain”. ¿Cuánto hay en lo que escribes de lo que vives culturalmente?


JLS: Yo quería dar un paso más. En Brokeback Mountain eran dos hombres, pero tenían sexo. Yo quería dos hombres enamorados pero que no quisieran tener sexo. Por lo demás, claro, en lo que escribo hay mucho de lo que vivo, lo que me invento y claro, leo mucho y veo mucho cine, y eso acaba influendo. Me encanta influirme, y hago lo posible por leer a quien creo que debe influirme. Ahora mismo, Juan Goytisolo. Y Proust constantemente. Ojalá me influyeran en algo.


RM: Entonces recomiéndanos un libro, una película y una canción.


JLS: Eso siempre es lo más difícil... Un libro, En busca del tiempo perdido, claro. Son siete realmente, pero son los mejores. Una película... tengo que recomendar Brokeback Mountain, pero también La noche del cazador, que me parece absolutamente maravillosa. Y una canción.... es difícil, porque me gusta mucho la música. Pero como va con la novela, el Txoria Txori de Mikel Laboa.


RM: Y al revés ahora: todo el mundo pone algo de sí mismo en sus obras, pero tú te has puesto a ti mismo. ¿Ese José Luis Serrano eres tú o es un personaje?


JLS: Siempre me han dicho que en mis obras estoy yo, y me defiendo diciendo que no, que es ficción. He querido reflejar el proceso de creación, en el que mi marido participa tanto, y dejar claro que esos de la novela, mi marido y yo, son dos personajes a los que yo, como autor, manejo. Además aparecer en la novela era una manera de llevarme a mi marido y mí a la ficción para hacernos inmortales, aunque al fin y al cabo no sean más que personajes. Me dan envidia otros personajes que seguirán allí cuando hayamos muerto sólo por aparecer en un trozo de papel.


RM: En “Lo peor de todo es la luz” la memoria es un tema central. ¿Por qué siempre en tus novelas el tiempo ocupa un papel tan importante?


"Ligar el amor entre dos hombres con la homosexualidad a través del sexo me resulta reduccionista"


JLS: Yo además de matemáticas estudié historia, y siempre me ha preocupado lo que dejamos, y de qué manera lo que han dejado otros se puede manipular, estudiar, ver desde distintas formas... El tiempo como una magnitud que nos rodea, que tuvo un principio y tiene un final, es algo que me obsesiona, como matemático y como historiador. Me obsesiona que todos los tiempos ocurran a la vez, por eso me gusta jugar con el pasado y el presente. Para mí el pasado está tan presente como el mismo presente, que no existe. Sólo tenemos pasado y futuro, y el presente es un instante que tenemos que valorar.


RM: No escribes como un autor gay al uso, es difícil encuadrarte en un subgénero de narrativa gay. ¿Cómo te sientes tú dentro de este género?


JLS: Yo me siento tremendamente cómodo. Yo soy gay, vivo con un hombre y me enamoro de hombres, y entiendo que mis novelas se categoricen así. Que eso me favorezca o me perjudique no me importa. Prefiero que quien quiera leerme lo haga porque lo desea, porque llegue a mis libros por su propio criterio. Además los escritores somos los principales responsables de que el género LGTB sea bueno: para quitarle cualquier prejuicio de calidad tenemos que escribir buenas novelas.


RM: Una pregunta activista: el mundo LGTB ha cambiado, ahora hasta Rajoy acude a bodas entre hombres. ¿Cuáles crees que son ahora nuestros objetivos como lesbianas, gais, bisexuales y transexuales?


JLS: Eso deberíamos preguntárnoslo todos. Que haya leyes no quiere decir que todo el mundo las cumpla. Cuanta más visibilidad hay son más las agresiones, y yo creo que ése es el principal problema: defender esa visibilidad a costa de lo que sea, que no haya agresiones, que todas las que haya se denuncien, y que todas las instituciones públicas estén para defender nuestra visibilidad, que es tan buena como la de los demás.


RM: Para terminar, ¿Qué toca ahora? ¿Cuál es el siguiente proyecto?


JLS: La verdad es que tengo un montón de cosas. Pensaba tomármelo de manera más tranquila pero tengo ya algo que tiene que ver con Madrid y cómo parece que se revitaliza culturalmente. También un proyecto de publicación de artículos que va por buen camino, y tengo escritos algunos cuentos largos que aún no sé qué hacer con ellos. Uno es de humor, que siempre me ha interesado mucho. Pero me da miedo, porque creo que la gente me está tomando demasiado en serio.


Podríamos haber seguido hablando horas y horas. José Luis Serrano es un hombre sencillo, lleno de humor inteligente, y pasar una tarde con él es casi tan agradable como leer sus páginas. Para conocerlo mejor, en todas las librerías puedes encontrar sus novelas: Hermano (2011), Sebastián en la laguna (2013) y Lo peor de todo es la luz (2015), las tres publicadas por Egales.