Ana Escudero Canosa

Desde siempre me ha gustado leer, pero de niña jamás me imaginé como escritora. Para mí la literatura era únicamente una afición por la que me pasaba horas y horas con un libro en las manos. Primero fueron los cuentos. Cuando crecí empecé a interesarme por los libros que había en mi casa. Y un día cogí uno, como podía haber cogido cualquier otro. Su título era "Peyton Place". Aún hoy puedo rememorar los dolores de cabeza que sufrí por leer una lectura no adecuada a mi joven edad. A partir de ese primero más libros llegaron a mis manos y hasta hoy.
Sin embargo, como ya dije antes, en esos momentos no tenía en mente escribir. Jamás había intentado escribir cuentos como otros niños. De repente, una noche, la idea surgió en mi mente. Lo confieso, los celos fueron los culpables. Unos celos como nunca había sentido despertaron la escritora que llevaba dentro. Todo sucedió porque mi hermana había empezado a escribir. Ella tenía 8 años y yo 10. Cada noche se acercaba a mí para darme a leer el último relato que había escrito. Y yo lo leía y me gustaba, pero a la vez la envidia se adueñaba de mi corazón. Y una noche me dije que si ella, que era más pequeña que yo, podía escribir, yo también. Y escribí mi primer cuento y después mi primera novela corta. Ese fue mi inicio como escritora.