Mario Palacio Jiménez (11 de mayo de 1962 – Bogotá – Colombia). Niño asustadizo y rechazado por su entorno. Empieza desde muy temprano, antes de entrar al colegio a crear toda una proeza narrativa para un crío de su edad. El miedo que siente hacia la vida lo sublima construyendo un mundo interior con historias y personajes que se encadenan armónicamente en un entramado casi perfecto donde él es el personaje principal y logra que su entorno lo rodee en amor y aceptación. Es así como desde muy temprana edad se hace a la fama de niño mentiroso. Pero Mario no busca la normalidad, busca el amor, el reconocimiento, así que sigue con su mundo interior e igual. Desafortunadamente coparticipa en una relación emocional con matices sexuales con un adulto por quien sentía mucho agradecimiento. Como adolescente le da salida a todas sus frustraciones y agresividad reprimidas y se convierte en un joven díscolo, poco convencional y resuelto a vivir por encima de todo y de todos. Tuvo la fortuna de estudiar en un colegio donde su Rector, en lugar de ver la rebeldía mal enfocada, intuye el potencial de liderazgo que hay en él y trata de ofrecerle medios para que desarrolle sus capacidades.
En la universidad se vuelve competitivo, disciplinado, ambicioso y osado. Empieza muy joven a trabajar y a escalar posiciones dentro de su empresa, donde se inicia una cadena de acontecimientos que determinarán lo que es su vida actual. Osadamente logra ir haciendo realidad cada uno de sus sueños. Es así como, jugándose el todo por el todo, en nombre del amor abandona todo en Colombia para ir a vivir con su pareja en Holanda, país en el que todavía reside, en un remanso de paz, silencio y naturaleza que le permiten encontrarse consigo mismo y donde logra poner en palabras su mundo interior y su forma de ver la vida. Actualmente está trabajando en su segundo libro, donde ya sin tapujos empieza a caracterizarse por ser un escritor polémico que se atreve a hablar de temas que la sociedad tanto teme: en este caso, los sueños, miedos y mentiras de una forma de amor poco convencional y muy desconocida, así como la vivencia afectiva en personas con discapacidades.
